Laberinto es el juego de mesa perfecto
Para empezar, mezclar las cartas «laberinto»y disponerlas en las casillas vacías del tablero, formando un dédalo. La carta «laberinto» que sobra se usará en el transcurso del juego. Luego hay que mezclar las 24 cartas de tesoros, distribuirlas (a partes iguales) entre los jugadores y disponerlas en montones, delante de cada jugador. Elegir un peóny colocarlo en la casilla del mismo color, en una esquina del tablero.
Por sorteo, se decide qué jugador empieza. Siguen, por turno, los siguientes en el sentido de las agujas del reloj. El jugador que empieza, levanta su primera carta del tesoro para verla y la vuelve a colocar del revés. La ilustración que figura en dicha carta le indica su primer objetivo. Para alcanzar ese objetivo, el jugador ha de ir modificando la disposición de las calles del laberinto moviendo las cartas y avanzando su peón.
El jugador coloca la carta «laberinto» sobrante en el exterior de una hilera de cartas y la empuja en el tablero de modo que haga salir otra carta «laberinto» por el lado opuesto. La carta que queda fuera se utilizará en el siguiente turno. Las partes móviles del laberinto aparecen señaladas con una flecha en los márgenes del tablero. La carta «laberinto» sobrante se utiliza para desplazar cualquier hilera. Los jugadores, desplazando los pasadizos con habilidad, se disponen a descubrir objetos y seres misteriosos, ocultos en un laberinto embrujado. Gana el juego el primero en esclarecer todos los misterios y regresar al punto de partida.
Un juego premiado que combina estrategia y suerte, perfecto para toda la familia!